Las amenazas y el chantaje son herramientas de extorsión que algunas personas emplean contra otras para someterlas a la presión o al miedo con el fin de que adopten ciertos pensamientos o lleven a cabo ciertas conductas. Las amenazas normalmente son anónimas, por lo que pueden venir de cualquier fuente que la persona amenazada no es capaz de reconocer.
En estos casos, deben entrar en escena los detectives privados que, con su experiencia y profesionalidad, deben poder acercarse a la fuente de esta herramienta de extorsión. Las amenazas pueden llegar a través de múltiples canales, como pueden ser escritos, emails, por teléfono, redes sociales, etc. por lo que pueden afectar a cualquier persona, sin importar su sexo o su edad. El papel de los detectives es encontrar la fuente de estas amenazas, sean del tipo que sea. En muchos casos, este tipo de amenazas acarrean problemas muy graves, por lo que es importante solucionarlas a tiempo.